El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades informa que el daño cerebral traumático (TBI) representa un grave problema de la salud pública en los Estados Unidos. Todos los años, los daños cerebrales traumáticos son la causa de una gran cantidad de fallecimientos y casos de discapacidad permanente. Datos recientes demuestran que, en promedio, aproximadamente 1,7 millones de personas sufren algún daño cerebral traumático de manera anual.
El TBI es provocado por un golpe, sacudida o daño penetrante en la cabeza que perturba el normal funcionamiento del cerebro. No todos los golpes o sacudidas en la cabeza derivan en un TBI. La gravedad del TBI podría variar entre leve y agudo.
¿Cuáles son las causas principales del TBI?
Las causas principales del TBI son las siguientes:
- caídas;
- tránsito automovilístico;
- golpes en determinadas situaciones; y
- agresiones.
Conmoción y TBI leve
La conmoción es un tipo de daño cerebral traumático o TBI, que es provocado por un golpe o sacudida en la cabeza que podría modificar la forma en que el cerebro funciona normalmente. Las conmociones también pueden ser provocadas por una caída o un golpe en el cuerpo que hacen que la cabeza y el cerebro se muevan rápidamente una y otra vez.
Los profesionales de la salud podrían describir la conmoción como un daño cerebral “leve” debido a que ésta, por lo general, no pone en peligro la vida. Independientemente de eso, sus efectos podrían ser graves.
Tipos de TBI graves
Existen dos tipos de TBI graves, cada uno de los cuales se describen a continuación mediante causas asociadas:
Cerrado: daño en el cerebro provocado por el movimiento de éste dentro del cráneo. Las causas podrían incluir caídas, accidentes automovilísticos o golpes con un objeto.
Penetrante: daño en el cerebro provocado por un objeto extraño que ingresa al cráneo. Las causas podrían incluir daños con armas de fuego o golpes con objetos filosos.
Posibles efectos del TBI grave
El TBI grave del tipo no mortal puede derivar en un prolongado período de inconciencia (coma) o amnesia después del daño. En el caso de las personas hospitalizadas después de sufrir un TBI, casi la mitad (43%) padece una discapacidad relacionada después de un año de ocurrido el daño. El TBI podría provocar una amplia variedad de problemas a corto o largo plazo que afectan:
la función cognitiva (atención y memoria);
la función motriz (debilidad en las extremidades, coordinación y equilibrio disminuidos);
la sensación (audición, visión, tacto y percepción disminuidos); y
la emoción (depresión, ansiedad, agresión, control de impulsos, cambios en la personalidad).
Aproximadamente 5,3 millones de estadounidenses viven con una discapacidad relacionada con el TBI y las consecuencias de un TBI grave pueden afectar todos los aspectos de la vida de una persona. Esto puede incluir relaciones con familiares y amigos, como también la capacidad para trabajar u obtener un empleo, realizar las tareas del hogar, conducir o participar en otras actividades de la vida diaria.
¿Cuáles son los posibles resultados a largo plazo del TBI?
La gravedad del TBI puede variar entre “leve”, es decir, un breve cambio en el estado mental o la conciencia, y “grave”, es decir, un período prolongado de inconciencia o amnesia posterior al daño.
El TBI puede provocar una amplia variedad de cambios funcionales a corto y largo plazo que afectan el pensamiento, la sensación, el lenguaje o las emociones:
